sábado, 4 de julio de 2009

Closet: se va achicando.


He escuchado varias historias sobre como algunos gays y lesbianas han salido del closet. Cosa que me parece bastante interesante porque pienso que ayudan a los gays jovenes que están asustados, a asumir lo que son o a no tener tanto miedo.

Aquí va mi proceso:
La primera vez que me di cuenta que era diferente fue alrededor de los doce años. Sabía que no era igual a los demás muchachos y que por alguna razon no sentía lo mismo por la chicas, que los demás muchachos si sentían. A los trece era amigo de dos muchachas y me planteé decirselo a una de ellas, pero nunca tuve el valor para decirselo, estaba muy asustado e intimidado por las cosas que podrían llegar a pasar que desistí de la idea, a pesar de que lo había repasado muchas veces en mi mente. (ahora somos amigos y ella lo sabe).

Luego de eso, conocí a otra muchacha que también era muy amiga mia. Era muy comprensiva y le había hecho bastantes preguntas acerca de que pensaba sobre la homosexualidad, y me decía que la aceptaba pero que no la apoyaba. Después de un tiempo, decidí contarselo y ella me aceptó, al principio me hizo muchas preguntas para saber si estaba seguro, pero luego se convirtió en mi confidente. Ella después de un tiempo, se dio cuenta de que era lesbiana.

Posteriormente, todos su amigos (casi todos personas del ambiente) se enteraron y también los mios. Todos lo tomaron con la mayor naturalidad y por ese momento sentí que había cumplido mi sueño de vivir mi sexualidad abiertamente (dentro de lo que se pudiera). Ahora recuerdo algunos casos que en verdad me costaron, como por ejemplo: un amigo muy cercano de la preparatoria. Él y yo eramos muy unidos y pensé que cambiaría conmigo. De hecho, me debatía mucho entre decirselo o no, pero sentí que al final de cuentas él se iba a enterar, así me decidí por hacerlo y recuerdo que la primera cosa que dijo cuando se lo confesé, fue: te prometo que no le diré a nadie. Lo que fue algo inesperado ciertamente, luego de eso todo siguió como si nada hubiera pasado, a veces pienso que se le olvida.

Además, lo más sorprendente es que con el tiempo también su hermano se enteró (y a mi me gustaba él) y tomó la misma actitud natural y sin complicaciones. Creo que he sido afortunado, nadie que se haya enterado me ha rechazado o dejado de hablar, lo que ciertamente no pasa siempre. Claro, el último paso que me falta dar (y creo que es el más importante) es decirselo a mis padres (a algunos les resultará esto bastante irónico, pero salir del closet, no es solamente con tus padres).

Lo que quiero transmitir con esta historia es que: después de todo, si estás bien contigo mismo y con las personas que amas: los demás, lo que digan, o lo que piensen de ti, no importa...

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