sábado, 14 de enero de 2012

El rey desnudo



A veces me sorprende la “tolerancia” de la gente. Sobre todo, porque esta a veces no parece ser profunda. Pregúntenle a alguien frente a un montón de gente sobre un tema en que la opinión pública sea favorable y esté considerado por consenso como algo bueno; y la persona en cuestión responderá acorde a la opinión de los demás.

Sin embargo, en privado, esto puede ser otra cosa. A veces las personas nos esforzamos en ser políticamente correctos y educados para quedar bien ante los demás o porque sedemos a la presión de grupo, pero no porque pensemos bien del tema.

Es como ese cuento chino de que hoy en día no hay racismo. La gente dice: hoy en día no hay racismo, sobre todo en Venezuela con su diversidad, es imposible que haya racismo. Eso se da en países en donde la población nativa europea es mayoritaria y menos diversa. Pero no pasan cinco minutos cuando esa misma persona se refiera a otra de piel más oscura como: negro de mierda (a modo de “broma”). Y el otro responde: no soy negro, soy moreno…

Toda esta cosa de la tolerancia superficial para quedar bien ante los demás me acuerda mucho al cuento del rey desnudo: ese cuento de Hans Christian Andersen en donde un rey oye hablar de un traje que es tan ligero que se siente como si uno no llevara nada puesto. Y es que de hecho así era.

Este rey se dejó seducir por la palabras de dos charlatanes que le hablaban de este traje solo para conseguir su dinero. Cuando el rey se prueba el traje, no puede verlo, pero los ladrones le dicen que solo la gente que es estúpida no puede verlo. Y así el rey se presenta ante la corte.

A las personas que le cuestionan, él le responde lo mismo: solo la gente que es tonta no es capaz de ver el traje. Y así por temor a pasar por tontos, todos admiran el traje del rey y éste desfila por la ciudad y todos comentan las propiedades de la maravillosa prenda; hasta que finalmente un niño al verlo comenta: ¡pero si está desnudo! Y así todos ríen del rey y este cayendo en cuenta que estaba desnudo, se siente apenado.

Es más o menos así. A veces la gente por no pasar por intolerantes (o por homofóbicos o por racistas) sobre todo cuando la opinión pública es bastante fuerte en el tema, comenta superficialmente estar de acuerdo con algo o no verlo de forma mala. Pero en privado, es otra cosa. No solo en privado, porque alguien que toma una cierta postura de manera superficial a veces no es consciente de cuando su opinión profunda sale a flote y a veces ni siquiera nosotros mismos porque de alguna manera nos dejamos seducir por esto o estamos imbuidos en el prejuicio mismo.

Pero el punto es que así. Y creo que si queremos avanzar hacia un mundo mejor, el cambio debe ser mas profundo y no dejarnos seducir por estas “frases hechas” o ser más honestos con nosotros mismos. Y es que no solo es en cuanto a la homofobia que el cambio parece superficial, sino en cuanto a la misoginia, el racismo, el elitismo y muchas cosas más que siguen afectando a nuestro mundo hoy en día.