martes, 10 de abril de 2012

Mi visión sobre el machismo

Recuerdo que una de las primeras entradas de este blog fue sobre la homofobia, pero si mal no recuerdo, eran un argumento en contra de ella mas que una forma de tratar de explicarla. Durante estos últimos meses me he dado cuenta de cuan importante, liberador y terapéutico es darse cuenta como funciona la homofobia interna y externa y me he dado cuenta también que, para los que sufrimos los efectos de ambas, no hay muchos recursos que la expliquen con  presición o con detalle certero (se necesita de este para que sea efectivo). Por supuesto, el detalle no significa extensivo, así que trataré de ser corto.

Yo soy un avido lector y ultimamente me he interesado en leer acerca de cosas terapeuticas y la problemática mundial y llegó un momento que me topé con un psiquiatra chileno llamado Claudio Naranjo, cuya sabiduría y forma de ver las cosas a veces no entiendo (no porque sean absurdas, sino porque creo que no las he vivido o no he alcazado la capacidad de verlas), pero da su diagnostico acerca de problematica mundial y enumera ciertas caracteristicas: la explotación, la conformidad, el status quo, la sumisión, el autoritarismo, el machismo y la misoginia con su característica de relegar a las mujeres a un segundo lugar inferior; entre otros. Y el dice: nuestro meta-problema es el orden patriarcal de nuestra sociedad.

Depués de darle vueltas a lo que él expone, creo que tiene razón, lo que pasa es que no es tan facil de ver porque la mayoría somos solo mitad conscientes de esto. Pongamos un ejemplo de la vida real: una niña está estudiando secundaria y queda embarazada ¿Cómo percibirá la sociedad esto? Bueno, lo minimo que dirá es que es una regalada y normalmente se culpa enteramente a la mujer porque "no le puso un parado al hombre" o "no se cuidó". Esto también se parece a un antiguo dicho que le escuché decir a un persona mayor una vez: amarren a su vacas que mi toro está suelto. Refiriendose a su hijo que era un mujeriego y quedaba de parte de las mamas de las chicas, cuidarlas. Que por cierto, también es el argumento que utilizan algunos violadores ("ella me provocó"). Argumento que va mano a mano con una actitud objetivizante, arrogante e incompasiva hacía la mujer, y esto me hace pensar que se le relega enteramente a ella la responsabilidad de protegerse o poner un parado: en mi país se tiene una idea de que la mujeres son las que tienen que darse a respetar porque los hombres son "criaturas sexuales insaciables y sin control sobre ellos y no le pueden decir que no a ninguna mujer" (porque su reputación está en juego o eso es lo que se dice implicitamente). También son casi siempre las mujeres las tachadas de rompe hogares o de tentadoras cuando un hombre comete una infidelidad en su matrimonio ("se le metió por lo ojos") se dice excusando al hombre.

De hecho, recuerdo una vez en secundaria que una profesora habló con las chicas del salón y les dijo que tenían que darse a respetar y no dejarse seducir por los muchachos, pero no recuerdo que le haya dicho a los muchachos que respetaran a las chicas y las dejaran de tratar como presas de caza u objetos sexuales. Recuerdo haber estado de acuerdo con la profesora en el momento e incluso hacerlo explicito, pero ahora me doy cuenta de que era injusto para ellas. Como le he comentado a cierta amiga ¿por qué tiene que ser siempre la mujer la reprimida o la que tiene que dar el alto cuando un hombre las busca por sexo solamente? ¿Por qué los hombres no pueden respetar o valorar en primer lugar? ¿O por qué el placer sexual tiene que estar tan condenado para las mujeres? ¿Por qué son siempre ellas las culpables? Es que incluso en el mito de Adam y Eva se la tacha a ella de tentadora. 

Yendo a otro punto, también pasa lo mismo con los homosexuales masculinos que son penetrados en una relación sexual. En América Latina y algunos países de Asia siempre es el penetrado el homosexual y para quien hay una actitud sádica, no el que penetró. Todo lo cual me ha hecho pensar que, según el prejuicio de la gente, no es marico el que tiene sexo con hombres, sino el que se deja penetrar (o, en otras palabras, dominar, denigrar y ridiculizar). De hecho, he escuchado de hombres que sólo accederían a tener sexo con otro hombre si son ellos los que penetran o dicho en otras palabras, si son ellos los que dominan. Es como un orgullo varonil y hay mucho de eso en el machismo, con su característica de competencia, alardeo y búsqueda de aprobación del grupo de amigos varones. Tanto, que he llegado a pensar que un hombre machista preferiría o solo consideraría digna la aprobación de otro hombre; con la peculiaridad que le he escuchado decir a algunas chicas de que sus novios son una cosa cuando están a solas con ellas (demostrando su sensibilidad) y otra cosa cuando están con ella y sus amigos.

Volviendo al punto del sexo, a veces a mi me parece que estos hombres usan el sexo como ejercicio de dominación y humillación y siempre son los penetrados (mujer u hombre) los culpables (como en la antigüedad en donde los ejercitos ganadores solían violar al perdedor como forma de quitarles honor o de proclamarse los últimos vencedores). Eso sin hablar de la ya tradicional explotación y "esclavización" (literal o metafórica) del sexo femenino en el hogar, en el sentido de ser quien atiende la casa, atiende a los hijos, atiende al marido, debe ser sumisa y de paso, tiene que estar lista para cuando llegué el marido del trabajo para darle sexo. Eso sí, pese a todo esto, que no espere fidelidad del hombre, porque si éste no monta los cuernos, entonces sus amigos lo van a desaprobar diciendo que es un pendejo. Y pienso que toda esta visión solo puede darse cuando va mano a mano con una agresiva actitud de superioridad y de grandeza. .

Más especificamente, también en el ambiente gay hay una discrimación a los que prefieren el rol pasivo, tanto es así que pocos admitirían abiertamente ser totalmente pasivos a no ser que deseen ser ridiculizados. Aparte de eso, que no decir de los gays amanerados, de los transexuales y transgeneros. Entonces, como yo lo he expuesto y veo, es como si el machismo impregnara todos estos ámbitos y no nos hemos hecho totalmente conscientes de esto, sufriendo y haciendo sufrir a los demás. 

Entonces, tomando ideas de autores ya mencionados, he expuesto mi punto de vista de que la dominación masculina o el supuesto de que el sexo masculino es superior a la mujer (con su correspondiente idolatría en la familia ya sea al padre o al hijo, incluso de parte de la madre) trae consigo diversas consecuencias. En base a tanta presión, no es de extrañar que llevemos estos prejuicios dentro o que evitemos ser blanco de ellos (o ridiculizados) o bien sea que nos sintamos culpables y avergonzados cuando sucede.

En la tradición cristiana esotérica (o gnóstica) se dice que originalmente existía Padre, Madre e Hijo, pero que por ciertas circunstancias en algún punto el Padre (o la copia de él) se volvió un megalómano y es fácil darse cuenta de que él trato del hombre machista solo puede darse de parte de alguien cuya "auto-grandeza" le hace aplastar y no dar lugar a lo femenino y la comunicación, y hasta lo siente inferior y cuyos excesos lo llevan a una actitud sádica y represiva hacía lo femenino y la libertad.Y lo delicado en el hombre como lejano, pervertido y reprobable. Y como he dicho en otro lugar, el avance que se ha producido parece más bien superficial o defensivo, pero no profundo. 

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